El año termina exactamente igual que como empezó en materia económica, la situación de estrangulamiento financiero y la continua caída en el consumo interno, han llevado a la mayoría de las pequeñas actividades económicas a una situación dramática.

Si bien es cierto que los datos macro son alentadores, no es menos cierto que esta presunta recuperación no se ha trasladado a los miles de negocios regentados por autónomos. Cerramos el año con una fluctuación en el sector que roza el 20% en términos netos sobre la afiliación en al RETA, lo que supone que rozamos la paridad entre las altas y las bajas en un mismo ejercicio, 661.000 altas y 640.000 bajas.

La pervivencia de miles de autónomos y pequeños negocios sigue siendo en la actualidad el auténtico problema a los que nos enfrentaremos a lo largo de estos últimos años. Para UPTA, es fundamental que en este próximo ejercicio se desarrollen políticas activas para el fortalecimiento de las actividades económicas ya existentes.

La consolidación de miles de pequeños negocios tiene que ser la prioridad para las distintas administraciones; el acceso al crédito en condiciones preferentes; la formación  especializada; las ayudas a la competitividad y de la sociedad de la información; además de un completo plan de relevo generacional tienen que ser el eje fundamental en las políticas activas a desarrollar.

Estas iniciativas que tienen buscar la calidad del emprendimiento, y no la cantidad del mismo. Miles de estos emprendedores lo hacen en muy malas condiciones, en muchos casos sin ningún tipo de cualificación ni académica ni profesional. Únicamente responden a la denominada “situación desesperada”, es decir, personas para las que la única salida para volver al mercado de trabajo es  iniciar una actividad por cuenta propia.

De cada diez autónomos, siete superan los 40 años, y solamente tres se ubican en la franja de edad que va entre los 16 y los 39 años. Según datos del Ministerio de Empleo, el porcentaje de autónomos mayores de 40 años ha subido un 4,2% en los diez últimos años, pasando de 66,2% en 2006 a 70,4% en 2015. Mientras, el porcentaje de autónomos mayores de 39 años ha aumentado un 4,2% durante los diez últimos años, el de los jóvenes profesionales por cuenta propia de 16 a 39 años ha descendido un 4,5% en la última década.

El porcentaje de autónomos con estudios superiores casi se ha duplicado en 15 años. Ha pasado del 17,6% en el año 2000 hasta el 35% en 2015. Así, España se sitúa ligeramente por encima de la Unión Europea. Son datos del último número de 'Esenciales' de la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie).

Los autónomos cobran en torno a un 37% menos de pensión que los trabajadores del Régimen General, según la Federación de organizaciones de profesionales, autónomos y emprendedores (OPA) a partir de los datos de la Seguridad Social. En concreto, la pensión media del colectivo de autónomos supera ligeramente los 600 euros, frente a los casi mil de los trabajadores del Régimen General. Para las pensiones por jubilación las diferencias se amplían hasta el 41%.

Sólo tres de cada diez están cómodos en su situación y desean continuar en la misma línea. Según un informe de Adecco e Infoempleo sobre el autoempleo, siete de cada diez autónomos preferiría trabajar por cuenta ajena. La principal razón que esgrime este 65,5% de autónomos que preferiría trabajar por cuenta ajena es la tranquilidad y mayor seguridad que aporta estar empleado frente a liderar tu propio negocio. Aunque más de la mitad de los autónomos consultados se considera más feliz desde que trabaja por cuenta ajena, el 41,8% reconoce haberse dado de alta como autónomo por una cuestión de necesidad y otro 25,3% afirma haberse decantado por esta opción no solo por necesidad sino también por haber encontrado en ello una buena oportunidad.