Los 4 estilos de liderazgo

Uno de los temas que más empieza a preocupar a los directivos y gerentes es encontrar personal idóneo capaz y entregado para desarrollar el trabajo, pero ¿qué pasa después? ¿Nos preocupamos realmente de dirigir bien a ese personal? ¿Cuántas veces perdemos trabajadores valiosos por haber realizado una inapropiada dirección sobre ellos?

Si estamos en un mercado laboral en el que la captación y mantenimiento del talento en las empresas es cada vez más complicado, debemos orientar una parte importante de los esfuerzos de gestión a dirigir eficazmente.

Da igual que tengamos 2 personas en plantilla que 20, que 200, su importancia para la empresa es la misma.

Nunca se debe obviar la importancia del factor humano en el camino de la excelencia. Es el capital más valioso. Sólo con una buena dirección de las personas conseguiremos mejorar los procesos y la rentabilidad. Es un hecho por todos conocido que, si la persona está satisfecha, trabaja mejor, rinde más, aporta más ideas, se implica en el proyecto. A la hora de establecer objetivos de mejora, es vital partir de las personas y del valor que pueden aportar a la organización. El uso de la psicología es la clave para adaptarse a la complejidad de cada individuo, estudiando sus comportamientos y tratando de predecir cómo encajará en la organización.

El modelo de Liderazgo Situacional se basa en la teoría de que el liderazgo de éxito se alcanza si logeramos aplicar el estilo de dirección correcto, según el grado de madurez del empleado. Es decir, el directivo tendrá qeu ser flexible y versátil a la hora de dirigir al personal ajustándose al nivel de conocimientos y motivación que tengan. 

Por ello podemos encontramos dentro de la dirección de equipos dos tipos de comportamiento que utilizados en mayor o menor medida darán lugar a los 4 estilos básicos de liderazgo. Estos comportamientos son:

1. Comportamientos directivos: encaminados a instrucciones claras y precisas sobre el trabajo y el control de los resultados
2. Comportamientos de apoyo: orientados a incrementar los niveles de motivación de los equipos

Combinando en mayor o menor medida estos comportamientos, se consiguen estos estilos de dirección:

Estilo control Se caracteriza porque se aplican muchos comportamientos directivos (dar instrucciones, detallar funciones, poner plazos) y pocos compartimos de apoyo (no se fomenta la participación, ni se delega)

Estilo supervisión Se siguen aplicando altos niveles de comportamientos directivos pero se compensa con altas doses de comportamientos de apoyo. Es decir, se siguen dando muchas instrucciones pero se empieza a dar también motivación y apoyo.

Estilo asesoramiento, Se comienza a bajar los comportamientos directivos pero se mantienen altos los comportamientos de apoyo. Se dan menos instrucciones y se controla menos pero se refuerzan y apoyan mucho los logros y resultados

Estilo delegación Se bajan los niveles en ambos comportamientos, es decir, se va dejando el trabajo y la toma de decisiones en manos de los empleados. Apenas se ejerce control pero tampoco es necesario estar incentivando los logros

 

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