Enrique Rico: “Necesitamos aportar valor añadido también a nuestro territorio”

Enrique Rico es toda una institución en el ámbito económico de Alcoy y comarca. Su gestión al frente de la compañía aseguradora La Unión Alcoyana ha convertido a la empresa, que hoy sigue en constante expansión, en una de las más importantes de su sector. Como presidente de la Cámara Oficial de Comercio e Industria de Alcoy, ha logrado una renovación y modernización de esta institución centenaria. Como personaje público, siempre se ha caracterizado por tener un discurso libre y sin ataduras, a favor de la defensa del tejido socioeconómico de Alcoy y comarca.

- ¿Cómo observa la situación económica actual, y cómo vaticina que podrá ser a medio y largo plazo?

- Las cosas están mal. Y lo peor no es que estén mal ahora, es que no sabemos qué puede ocurrir en un futuro a medio y largo plazo con todas esas personas que se están quedando sin trabajo. La perspectiva actual nos induce a pensar que quizá muchas de ellas ya no vuelvan a encontrar empleo: corremos el riesgo de que se queden fuera del mercado de trabajo. Nadie sabe hacia dónde vamos en un futuro inmediato, y no parece que se estén tomando medidas para recuperarnos de esta situación. Las empresas pequeñas, que son las que más empleo generan, no tienen líneas de crédito, lo que condiciona su crecimiento e incluso su subsistencia. Tenemos un problema de dimensiones muy importantes; en la década de los 90 hubo una crisis, pero ésta no se parece a crisis anteriores; no sé cuándo empezaremos a ver el final del túnel.

- ¿Cuáles cree que han de ser las prioridades de las empresas para salir de esta situación?

- Confianza y aguantar el ánimo. Creo que las empresas necesitan una financiación suficiente para sostener su actividad en la actual situación. Pero sobretodo la innovación es lo más importante; sin ella, nuestras empresas no tendrán valor añadido, y no podrán competir. Hay que cambiar las estructuras, sobre todo en la industria, pero en general en todos los sectores, y por ello otra de las prioridades es la formación, porque hoy en día las empresas necesitan personal capacitado. La formación del personal también es valor añadido para una empresa; y actualmente la productividad no se mide por las horas que pueda hacer alguien, sino por el producto de su trabajo.

- ¿Qué función tiene el CEEI en el momento actual, y cómo puede contribuir al desarrollo de nuestro territorio?

- Nuestras comarcas necesitan a un organismo como el CEEI; por ello, aún debería volcarse más en sus objetivos, con más recursos. Pero lamentablemente, no dispone de más. Tiene un gran equipo, muy profesional, pero debería poder disponer de más recursos humanos: contar con más profesionales. Necesita una estructura más sólida, con más financiación para desarrollar su actividad. El IMPIVA debería volcarse en su financiación al CEEI, sobre todo porque estas comarcas necesitan poner en marcha nuevos proyectos empresariales, o la situación puede empeorar.

- ¿Cree que las Administraciones, tanto locales como autonómicas o estatales, aportan las herramientas que la economía necesita para su desarrollo?

- Ciertamente, la economía necesita una aportación mayor. Para empezar, el Estado central no es equitativo en el reparto de los recursos, y nosotros no somos los más beneficiados de este reparto. A nivel autonómico, hay quien lo ha hecho bien los últimos años en algunos puntos, pero en otros, sencillamente se ha hecho mal. Para gestionar un territorio hay que conocer ese territorio, y en ese sentido parece que estas comarcas son desconocidas para mucha gente de la administración autonómica. Falta una planificación territorial, en su conjunto. Y los ayuntamientos no disponen de los recursos suficientes para lograr revertir esta situación. En conjunto, la vida política debería pensar más en el ciudadano, y en el territorio a administrar, que en el beneficio del propio partido político, porque vivimos un momento preocupante que requiere de un gran esfuerzo para la gestión.

- ¿Cuál es el motivo que impulsa a su organización a apostar por el emprendedurismo y la innovación y a integrarse en el CEEI?

- La Cámara de Comercio y el CEEI hemos ido siempre juntos. Somos la institución que mejor conoce el tejido empresarial de nuestro territorio, y consideramos que podemos ser de gran utilidad al CEEI para el desarrollo de su tarea. Siempre nos hemos prestado a colaborar en aquello que sea necesario, y lo seguiremos haciendo siempre que esté en nuestra mano. El CEEI, como la Cámara, está integrado en la sociedad comarcal, y trabaja por su prosperidad y la creación de riqueza y empleo.

- ¿Cuáles cree que son los factores clave para que un territorio como el nuestro innove y alcance el éxito?

- El primero, la unión empresarial. En nuestro territorio necesitamos estructurarnos a nivel comarcal, y empezar a trabajar todos a una: ello nos llevaría a trabajar mejor la innovación, planificando los recursos y captando los servicios necesarios; las empresas tendrían mayor valor añadido; seríamos un territorio más potente de cara al poder político; ello nos permitiría tener un lobby para poder presionar al formular nuestras demandas a otras administraciones, como el caso de las infraestructuras. Con todo ello, la gente de esta zona tendría un futuro, y podrían empezar a verse las cosas de otra manera. Y otro de los factores importantes que me gustaría señalar es el relevo generacional: hay empresarios jóvenes que están haciendo las cosas bien, muy preparados, que son capaces de olvidarse de los vicios que venimos arrastrando desde hace años. Es necesario que haya gente joven que vea las cosas desde otro punto de vista. Hemos de intentar que nuestros emprendedores tengan oportunidades para poner sus ideas en marcha, y a partir de ellas, poder atraer a empresas de fuera. Aunque sean pequeñas empresas, pero con ideas de futuro, gente que nos muestre nuevos proyectos. Tenemos que ser capaces de atraer talento de fuera de nuestras comarcas; hemos sufrido una importante fuga de cerebros en los últimos años, y no nos lo podemos permitir. Necesitamos aportar valor añadido también a nuestro territorio: cuesta mucho fichar a nadie de fuera, porque no encuentra atractivo a vivir aquí: el entorno urbano no es amable, no hay actividad, la oferta cultural no es amplia, no existen alternativas de ocio, no encuentran lugares donde salir y tomar una copa, cenar… Todo ello contribuye a configurar ciudades, territorios con un valor añadido, una base a partir de la cual las empresas se pueden desarrollar mejor con talento local, pero también pueden importarlo.