Neuromarketing, 5 técnicas para aplicar en tu empresa

Cuando hablamos de neuromarketing, esa capacidad para influir de manera subconsciente en los clientes, parece que sólo debamos focalizar la atención en grandes empresas. El neuromarketing hace referencia a cómo las acciones de marketing influyen en nuestro cerebro a la hora de comprar. Sin embargo, y por muy complicado que parezca, el neuromarketing es fácilmente aplicable a todo tipo de empresas, sin tener en cuenta el sector o el tamaño de la misma.

No es un secreto que las personas, en la mayoría de ocasiones, digamos más a través de nuestros gestos y forma de comportarnos que con nuestras palabras. El truco está en la capacidad de las empresas para detectar las reacciones de sus clientes a los diferentes estímulos.

Llegar a las emociones del cliente es el verdadero objetivo ya que será lo que le lleve a realizar acciones. Cuando realmente sentimos algo y conecta con nosotros es cuando verdaderamente logra atraernos. Por otro lado, aquello que depende de la razón lleva implícito un proceso de reflexión que seguramente implique una serie de valoraciones antes de proceder a la compra.

Pero ¿Cómo aplicar el neuromarketing en la pequeña y mediana empresa?

Aplicar los principios básicos del neuromarketing en tu proyecto empresarial, puede abrir las puertas a nuevas oportunidades empresariales que permitan a tu empresa seguir creciendo. Por este motivo, te damos algunas pinceladas de los más importantes para que empieces a instalarlos cuanto antes.

 

1. Define tu propuesta de valor

En la mayoría de ocasiones, lo que lleva a una persona a comprar un producto en lugar de otro no es el precio, si no lo que hace a ese producto o marca significativo. Antes de lanzar cualquier producto al mercado, es importante establecer los aspectos o características que lo hacen diferente si lo comparamos con otros productos similares. Este valor diferencial se convertirá en el eje central para atraer clientes.

 

2. Conoce a tu cliente

Las personas somos diferentes, lo que a uno nos gusta y nos funciona, a otros no y al contrario. La percepción del entorno varía en función de cada individuo, de ahí que no podamos aplicar las mismas técnicas a todos nuestros clientes. A la hora de vender un producto, escuchar es doblemente más importante que hablar. Hay que detectar las necesidades individuales de la persona que va a realizar el proceso de compra para adaptar, en lo posible, su situación a nuestra oferta. 

 

3. Haz que intervengan los 5 sentidos

El neuromarketing funciona a través de los cinco sentidos. Escuchar al vendedor, fijarnos en todo lo que vemos o en las posibles ofertas vigentes, interviene directamente en el proceso de compra, pero no son los únicos aspectos que influyen.  Las percepciones que pueden generar el tacto, el gusto o el olfato también tienen algo que decir. Establecer un olor con el que el cliente identifique tu negocio, iluminar correctamente aquellos productos que se quieran destacar o crear espacios que, de una y otra forma, conecten con el cliente, son aspectos que se deben trabajar desde las empresas. El objetivo del neuromarketing en este sentido, es crear una imagen de marca con la que nuestros clientes se sientan cómodos, de ahí la importancia de que los cinco sentidos estén presentes desde el momento que el cliente entra en contacto con nosotros.

 

4. Mejora tus propuestas

Al hilo de las premisas anteriores, no basta sólo con tener una propuesta de valor y lanzarla al mercado. Hay que saber adaptarse a las demandas de los clientes. Puede que el producto o servicio que intentas vender sea bueno pero muchas veces, sobre todo al principio, eso no será suficiente para captar la atención de los compradores. Si realmente quieres trasladar tu pasión por ese producto o servicio, es fundamental que busques una manera de potenciarlo. Conociendo bien a los clientes y con una propuesta de valor significativa, aderezar el producto para llegar exactamente a las personas que queremos llegar será la tarea más sencilla.

 

5. Apuesta por la sencillez

Otro de los factores destacables con respecto al Neuromarketing es que el menos es más. Conforme vamos creciendo, las responsabilidades y las tareas diarias se van multiplicando, de ahí que busquemos las facilidades y la sencillez a la hora de comprar. Todo aquello que facilite la labor diaria y que nos evite perder el tiempo, generará mayor interés al cliente que algo que hasta para sacarlo de su envoltorio, necesita un manual de instrucciones.

 

En definitiva, apostar por el neuromarketing en tu empresa es trabajar para generar sensaciones en los clientes. Unas sensaciones que posteriormente derivarán en emociones y que serán estratégicas en la decisión final de compra.

Las marcas que verdaderamente perduran en el tiempo no sólo destacan por la calidad de sus productos o por el precio de los mismos, sino más bien por su capacidad para conseguir que sus clientes sientan que son ellos los que tienen la suerte de apostar por esa marca y no al revés.

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