Dos elementos opuestos, dos elementos complementarios.

Dos elementos opuestos, dos elementos complementarios.

Hablar de qué nos gusta más, si la ciudad o la naturaleza, es como hablar de qué te gusta más, beber o comer. Todas las persona que necesitamos referencias visuales para realizar proyectos gráficos, ya seamos diseñadores, ilustradores, fotógrafos o pintores de acuarela, necesitamos vernos envueltos y conectados con ambas partes.

Esa ciudad llena de gente, plagada de letreros, carteles e impactos visuales, es una fuente de datos constante que carga nuestros archivadores cerebrales de información potencialmente útil. Un ritmo frenético que hace que nuestro cerebro funcione a mil por hora, preparado para la toma de decisiones ante cualquier situación, pero con final catastrófico, acabaríamos electrocutando a nuestras neuronas. Y que mejor complemento que nuestra eterna aliada, la naturaleza. Fuente de energía vital, de paz y orden, de perspectiva y visión de futuro. Absolutamente necesaria para conectar con nosotros mismos, con nuestras raíces que siempre han estado ahí.

Esa dualidad de cristal y hojas, de asfalto y tierra, es totalmente necesaria. Tenemos que ser capaces de absorber y canalizar la energía de cada uno de los elementos, y siempre pensar en como ser sostenibles. Porque si algún día dejamos de tener naturaleza, si algún día desapareciera esa dualidad, entonces sería su momento, el momento del caos.