Mediación familiar: cuando solicitarla y como se lleva a cabo

Durante una fase de separación , los sentimientos negativos que suelen acompañar a las parejas más conflictivas , dificultan el mantenimiento de un diálogo constructivo con la expareja.

Pensemos, por ejemplo, en cuántas veces hemos escuchado la clásica frase: “¡No te hablo, contacta con mi abogado!”, Pero ¿ interrumpir el diálogo es realmente la mejor solución para una pareja?

La separación es un evento estresante que conduce a una reorganización de la vida de los sujetos involucrados . Son muchos los aspectos prácticos y logísticos que gestionar y sobre los que pactar. Estos van acompañados de las emociones a gestionar , las más impetuosas y destructivas, así como una considerable dosis de cansancio.

Un proceso de Mediación Familiar  puede resultar útil en estos casos y puede iniciarse en diferentes momentos de separación y divorcio ya que se adapta a las distintas necesidades expresadas por los distintos tipos de parejas.

La Mediación Familiar nació y se desarrolló en un contexto sociohistórico en el que las separaciones están en la agenda y la ' custodia compartida es la norma, por lo que se vuelve imprescindible encontrar nuevos acuerdos siendo buenos padres aunque ya no se sea pareja afectiva' .

En que casos es posible solicitarlo

Las parejas en crisis pueden solicitarlo   , cuando uno de los dos miembros de la pareja ha decidido separarse y el otro no lo acepta o cuando la decisión de separarse es clara para ambos; parejas separadas de facto con un conflicto abierto sobre los términos de la custodia de los hijos y / o la cuestión económica; parejas legalmente separadas cuyas condiciones de separación son difíciles de implementar o no se respetan o en caso de que los acuerdos tomados en la corte, ahora inadecuados a las condiciones de vida cambiadas, deban ser actualizados o modificados.

La mediación familiar está dirigida principalmente a parejas con hijos . Uno de los principales objetivos es la reorganización de las relaciones familiares con miras a la continuidad de los padres con especial atención a los intereses de los hijos. En estos casos no se menciona la Mediación, pero se pueden implementar intervenciones dirigidas a abordar temas como la expresión de emociones ligadas a la separación; elaboración del duelo de separación ; problemas económicos y patrimoniales; manejo de conflictos y reapertura de canales de comunicación.

Cómo se lleva a cabo la mediación familiar

La mediación es un proceso en el que los padres solicitan a un tercero imparcial para que los ayude a manejar las dificultades emocionales y organizativas propias de la fractura del vínculo matrimonial .

Por tanto, la Mediación Familiar se presenta como un espacio de encuentro en un entorno neutral, en el que la pareja tiene la oportunidad de negociar cuestiones relativas a su separación, tanto en el aspecto relacional como económico.

El mediador anima a los padres a llegar personalmente a los acuerdos que mejor satisfagan las necesidades de todos los miembros de la familia, con especial atención a los intereses de los niños .

La Mediación Familiar se presenta como un nuevo recurso de apoyo a los padres gracias al cual se apoya y acompaña a la pareja parental durante la difícil transición hacia la separación.

La figura del mediador familiar

El mediador familiar es un psicólogo capaz de situarse dentro de la situación conflictiva que traen los dos ex cónyuges cuya tarea es llegar a una serie de acuerdos que sean lo más satisfactorios posible para ambas partes . Esto es posible por el hecho de que el profesional se ubica con imparcialidad , aceptando las diversas dudas y perplejidades que se le plantean. El mediador familiar ayuda a las partes a llegar a una serie de acuerdos lo más equilibrados posible dentro de un clima suficientemente sereno y respetuoso con los sujetos involucrados.

Para que todo salga bien, el mediador debe contar con la confianza de ambos socios .

También se enfatiza que el mediador no reemplaza las opciones, sino que su rol es el de facilitador del proceso de toma de decisiones . Esto es muy importante para las parejas, ya que a menudo informan que se sienten a merced de los acontecimientos con poco sentido de autoeficacia.

Las reuniones de mediación deben ir precedidas de una reunión informativa en la que el profesional explique su papel como tercero neutral que se adentra en una situación de conflicto con el objetivo de reabrir un canal de comunicación que permita a los sujetos tomar decisiones.

También se explica que el profesional está sujeto al secreto profesional y que las reuniones de mediación constituyen una vía extrajudicial.

La  pre-mediación  tiene como objetivo crear las  mejores condiciones emocionales  para que los socios negocien de forma más pacífica y consciente su separación. En esta fase se abordan los motivos que llevaron a la pareja a separarse y es útil para ambos cónyuges hacer un balance personal, conyugal y parental de los años vividos juntos, reconociendo y elaborando los motivos que llevaron a la separación y el emocional. implicaciones afectivas relacionadas con la fractura.

Si la elección de la separación parece ser definitiva, la Mediación se propone como un recurso útil para afrontar mejor la difícil situación actual y presagiar perspectivas de un futuro positivo para la familia. En esta fase, el Defensor del Pueblo tiene la tarea de ayudar a los cónyuges a superar las rigideces, apoyarlos y darles la confianza de que podrán superar las dificultades por las que atraviesan.

El  contrato de mediación  sirve para identificar y definir los temas que la pareja pretende discutir. La firma del contrato representa un momento en el que los padres se comprometen a emprender un camino, respetando sus reglas y compartiendo sus objetivos.

La  negociación razonada , que representa la fase más larga de todo el proceso, permite explorar las necesidades  reales de ambas partes en conflicto, en busca de soluciones compartidas que luego puedan ayudar a  gestionar de forma independiente las probables negociaciones futuras .

A cada socio se le pide que identifique objetivamente el problema y defina su solución personal después de haber resaltado los puntos de desacuerdo o acuerdo ya alcanzado. Una vez hecho esto, pasamos al análisis de las necesidades e intereses específicos de cada uno, padres e hijos. A continuación, se estimula a la pareja a desarrollar soluciones innovadoras y personales para lograr el objetivo identificado de acuerdo con las necesidades que han surgido. De esta forma los socios son capaces de evaluar las ventajas y debilidades de cada solución propuesta, facilitando así la toma de decisiones, en la dirección que mejor se adapte a las necesidades de padres e hijos.