6 consejos para evitar el Síndrome postvacacional

Presta atención a los siguientes consejos y encara con energía renovada el 2018.

El llamado síndrome postvacacional, también conocido como estrés o depresión postvacacional, es un concepto que se refiere a la ansiedad que debemos afrontar al readaptarnos a las tareas laborales después de un período vacacional. Suele aparecer con mayor frecuencia tras periodos de inactividad prolongados (a partir de los 15 días) pero también puede darse tras festividades como Navidad o Pascua. No se puede considerar como una enfermedad sino como un proceso adaptativo a la vida laboral después de las vacaciones. En la mayoría de las personas la vuelta a la “normalidad” no supone ningún trastorno, en especial para quienes consideran el entorno laboral un entorno de actividades agradables y un espacio para el desarrollo de relaciones sociales satisfactorias. Sin embargo, para un pequeño porcentaje, puede resultar difícil volver a retomar hábitos tras un periodo de descanso.

¿Por qué aparece?

Se considera que el estrés postvacacional es el resultado de percibir el trabajo como una actividad negativa; en las sociedades en que se considera el trabajo como algo atractivo, con sentido por sí mismo y digno para el ser humano, el estrés postvacacional prácticamente no existe. Además, se ha descubierto que en los entornos de trabajo en los que se realizan tareas repetitivas o en los que aparecen jefes poco motivadores, se suele observar una mayor sensación de desánimo a la vuelta de vacaciones.

La readaptación a la vida laboral después de las vacaciones incluye cambios de horarios, de obligaciones y de estilo de vida. Todo ello conforma un proceso normal de adaptación, que en algunos casos llega a ser más intenso y produce en quien los sufre molestias psicológicas y/o físicas.

¿CÓMO PREVENIR SU APARICIÓN?

Repartir los días de vacaciones, en la medida de lo posible.

Regresar a casa con tiempo de antelación y de forma relajada. Es recomendable volver un par de días antes, para aclimatarnos física y mentalmente de cara al retorno a la actividad laboral.

Interpretar de forma positiva la vuelta a la rutina, sin pensar que el trabajo es una carga.

Al llegar al trabajo, no empezar la actividad de modo intenso. Es beneficioso permitirse un tiempo para compartir las experiencias vacacionales con los compañeros y así crear un buen ambiente de inicio laboral.

Síntomas y diagnóstico

En algunos casos, la presión de la vuelta al trabajo llega a ocasionar cuadros de estrés agudo con todas las manifestaciones emocionales, conductuales y físicas que lo caracterizan: malestar, ansiedad, depresión, disminución del rendimiento, sudoración, aumento de las frecuencias respiratoria y cardíaca, temblores, cambios de humor, etc.

Para superar las molestias derivadas de esta mala adaptación, te recomendamos seguir algunos de los siguientes consejos:

• Empezar de manera gradual, de menos a más intensidad, las tareas que debamos desempeñar.
• Aprovechar el tiempo libre para realizar actividades lúdicas y fomentar las relaciones sociales y familiares.
• Mantener horarios regulares tanto durante el día como por la noche, es recomendable dormir alrededor de ocho horas.
• No llevarse trabajo a casa, dejar lo concerniente a éste para poder cumplir con el segundo punto aquí propuesto.
• Practicar ejercicio físico moderado, como mínimo una o dos veces por semana.
• Practicar la relajación en intervalos regulares, eliminar pensamientos recurrentes o ideas irracionales que puedan generarnos ansiedad.