Formación e Innovación van de la mano

La pandemia del COVID-19 traerá aparejada una posterior crisis económica. Los diferentes agentes sociales son conscientes de los efectos devastadores que generará la pandemia en la economía. Ahora urge poner sobre la mesa las estrategias necesarias para mantenerse y no echar la persiana. En este contexto, la apuesta por la innovación es clave para la supervivencia empresarial. 

El conocimiento y la innovación son las mejores armas ante los futuros retos globales, así como los ingredientes para alcanzar un equilibrio entre el bienestar social, la prosperidad económica y la sostenibilidad social.  

Sin embargo, España todavía está lejos de llegar a los niveles de inversión en I+D que le posicione de manera competitiva respecto a otros países europeos.  

Según el último Informe COTEC 2020, España va recuperando el nivel de inversión en I+D previos a la crisis económica de 2008 año tras año y gracias al esfuerzo del sector privado. De 2014 a 2018 el sector privado incrementó la inversión de 6.806 millones de euros en 2014 a 8.484 millones en 2018.   

El sector público, sin embargo, aún no ha superado los niveles previos a la última crisis y los índices se mantienen por debajo del PIB, provocando una pérdida de peso relativo. Pero lo más preocupante es que, además, no se está ejecutando lo presupuestado en I+D en el sector público. Tal y como apunta la Fundación COTEC, el sector público español presupuestó 6.366 millones de euros en I+D en 2019, pero sólo ejecutó el 46,4%.  

Por otra parte, la economía española invierte en I+D sólo el 1,24% de su PIB, mientras la media europea es del 2%, y los objetivos de Europa 2020 determinaban la necesidad de una inversión del 3% para este año, para seguir siendo competitivos. El esfuerzo presupuestado en 2019 demuestra que se ha abandonado estas políticas durante una década.  

Además, según apunta el Índice Mundial de Innovación, en España son las PYMES las que innovan, a diferencia de otros países. El segmento de empresas con menos de 250 empleados ejecutaba en 2013-2014 el 46,3 % de la I+D empresarial española, casi el doble que las de países como Italia, Francia o el Reino Unido, y a enorme distancia del 9,7% de las PYMEs alemanas. La gran empresa, con algunas excepciones, está ausente del sistema innovador español y el corte sectorial del IBEX, poco intensivo en tecnología, es parte de la explicación.   

En este contexto, al que se añade ahora la crisis sanitaria, cabe destacar las palabras de la presidenta de COTEC, Cristina Garmendia, en las que hace referencia a que "no se puede salir de ninguna recesión sin una apuesta reforzada por el conocimiento".   

De hecho, la formación es la base para la innovación. En este sentido, el factor humano de la innovación explica, en parte, que economías punteras en el campo de la innovación se mantengan en los primeros puestos de la clasificación.  

Por lo que respecta a la educación todos estos países punteros (entre los que lamentablemente no se encuentra España) han realizado esfuerzos apreciables para mantener o mejorar la calidad de sus recursos humanos a través de la educación y el aprendizaje a lo largo de toda la vida.  

El Índice Mundial de Innovación pone de manifiesto que unos ciudadanos mejor educados logran mejores resultados en las economías de ingresos altos a la hora de sacar partido de los contextos favorables para fomentar la innovación. El Máster Oficial en Innovación y Desarrollo de Proyectos de Negocio - MIDPN de la Business School de Florida Universitària aplica este principio formando a personas que consigan implementar herramientas de trabajo, procedimientos incluso productos y servicios que lleven  la innovación como sello. Las 10 ediciones de este máster, así como el alto grado de empleabilidad que está obteniendo confirman que se trata de una herramienta que aporta la formación en innovación y el empoderamiento que necesitan los profesionales para poder convertirse en los agentes del cambio que ahora necesitan tanto las empresas como la sociedad.