La clave del futuro, el emprendedor

La importancia del espíritu emprendedor fue avalada en el Consejo Europeo de Lisboa donde se definió como “la actitud en la que se refleja la motivación y la capacidad del individuo para identificar una oportunidad y trabajar por ella para producir nuevo valor o éxito económico combinando la asunción de riesgos, creatividad e innovación”.

De ahí la importancia de fomentar el emprendedurismo ya que las personas emprendedoras son las que nos pueden ayudar a salir antes de la crisis. Entendiendo por éstas, las que “no ven dificultades sino oportunidades y que tienen sueños y quieren convertirlos en realidades”.

Iniciativas como el Día de la Persona Emprendedora de la Comunidad Valenciana, celebrado recientemente, persiguen motivar e impulsar la iniciativa emprendedora como motor de desarrollo económico y de creación de empleo. Cabe decir, que en esta Quinta edición, fueron más de 6.200 personas, frente a las 5.100 del año anterior, las que asistieron a la macrojornada en busca de información, asesoramiento, oportunidades de negocio, financiación, etc., lo que confirma que el emprendimiento tiene un alto interés en nuestra sociedad.

En este año se han incrementado el número de asistentes entre 25 y 45 años, profesionales y desempleados. Cabe destacar que prácticamente se ha igualado el número de mujeres y hombres, lo que nos indica que el emprendedurismo no tiene diferencia de género.

Este espíritu es el que deberíamos conseguir que tuvieran el mayor numero de personas, pero no solo para que inicien nuevas actividades empresariales, sino que tuvieran también los trabajadores de las empresas, lo que permitiría que estas encontraran y desarrollaran nuevos productos y servicios, para mantenerse e incluso crecer en las actuales circunstancias. Esto no es un concepto nuevo, ya que es lo que denominamos “Intraemprender”.

Situación y perspectivas

La estimulación del emprendedurismo deberíamos promoverlo desde la educación secundaria, formación profesional y universitaria, lo que generaría un desarrollo y asimilación desde edades más tempranas. Existen iniciativas de este tipo que se están realizando de forma cada vez más frecuente, pero se deberían incrementar y potenciar para llegar a mas personas.

Según el Estudio GEM (Global Entrepreneurship Monitor) la tasa de actividad emprendedora registrada en la población española de 18 a 64 años de edad es del 5,1% en el 2009, que supone mas de 2,6 millones de personas con estas características, que si bien ha descendido un 23% respecto a los más de 3,2 del 2008, sigue siendo una cifra importante y a apoyar.

En cuanto a los motivos que llevan a una persona a emprender un proyecto empresarial, y debido a la crisis se ha producido lógicamente un incremento del emprendedor por “necesidad”, es decir, el que carece de otra alternativa laboral, reduciéndose la diferencia respecto al emprendedor vocacional, que se mueve por la “oportunidad”. Aunque por la época en que vivimos, las iniciativas que nazcan van a ser teóricamente más fuertes, ya que el contexto económico actual las obliga a ser más realistas en cuanto a sus posibilidades y futuro crecimiento.

Por eso ahora, más que nunca, tenemos que promover iniciativas emprendedoras y si es posible innovadoras, que nos permitan un desarrollo empresarial, no solo en sectores emergentes, sino también en lo posible en los ya consolidados, con lo que conseguiremos una generación de riqueza y empleo para poder salir antes de la crisis en la que nos encontramos.

Artículo escrito por Jesús Casanova, Director de CEEI Valencia para su columna "Planteamientos" publicada en el Suplemento dominical del Levante el pasado 6 de junio de 2010 dentro del espacio dedicado a “Innovación y Empresas”.